Cuando los recursos naturales y energéticos están cada vez menos disponibles y a mayor coste, surge la necesidad de optimizar y racionalizar éstos y apostar por un desarrollo sostenible, buscando la eficiencia con el objetivo de reducir el consumo de energía, sin disminuir el servicio, el confort y la calidad de vida, no agrediendo al medio ambiente e impulsando la sostenibilidad.
Es necesario por tanto saber utilizar y administrar de un modo hábil y eficaz los recursos energéticos disponibles. Con ello se consigue menor desperdicio de energía y menos generación de contaminación y se contribuye al cumplimiento de las exigencias ambientales, sin olvidar una mejora de la competitividad global.
Hoy en día se trata de una obligación social y medioambiental, siendo un valor en alza partiendo de la premisa de que el futuro será “verde” o no será futuro.
Sabiendo que el 40% de la energía primaria que se consume en Europa lo hace el sector de la edificación y del transporte urbano, es primordial que los agentes del sector de la edificación involucrados en el proceso de construcción tomen consciencia de la importancia del ahorro energético y de eficiencia energética en la edificación, no tomándolo como una obligación impuesta sino como una necesidad para el bien común.
La arquitectura sostenible es aquella que tiene en cuenta el medio ambiente, valorando y decidiendo en la fase de proyecto los materiales y la estructura de la construcción según la eficiencia de éstos para un determinado fin, sin olvidar el impacto que tienen estos edificios en la naturaleza y en la sociedad, fomentando la eficiencia energética para que no se genere un gasto innecesario de energía, aprovechando los recursos del entorno y sin producir impacto en el medio ambiente.
Las certificaciones energéticas realizadas en España después de la entrada en vigor del Real Decreto 235/2013 ponen de manifiesto que los edificios en España no son energéticamente eficientes.
Con la finalidad de disminuir las emisiones de dióxido de carbono y de reducir los consumos energéticos, La Unión Europea otorga cada vez mayor importancia a la eficiencia energética en edificios.
En España, el Real Decreto 235/2013 exige la presentación del certificado de eficiencia energética de los inmuebles a los compradores o arrendatarios en los nuevos contratos de venta o alquiler realizados desde el 1 de junio de 2013. La calificación energética abarca un rango desde la A a la G, siendo la 1ª de la más eficiencia. En la misma certificación se elaboran propuestas, no vinculantes para la realización de reformas que permitan la mejora de la eficiencia energética de los edificios. los resultados de las certificaciones energéticas hechas hasta la fecha en España demuestran que la mayoría de edificaciones no poseen condiciones adecuadas de eficiencia energética.
En el Documento Básico DB-HE Ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación destacan las nuevas exigencias de aislamiento que se recogen en el DB-HE1 “Limitación de demanda energética” por la que los espesores de aislamiento se ven duplicados en la mayoría de los casos, llegando a triplicarse en determinadas soluciones constructivas y zonas climáticas. Igualmente sucede en los huecos, las nuevas exigencias pueden aumentar a más del doble la necesidad de aislamiento de las ventanas.
Este es un primer paso para alcanzar el objetivo marcado de la Directiva de Eficiencia Energética en Edificación en cuanto a que todos los edificios que se construyan a partir del año 2020 deberán ser edificios de consumo de energía casi nulo.
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